Pese a la creciente preocupación de las organizaciones de conservación, cientos de toneladas de anguila europea se pescan legal e ilegalmente cada año, y la mayor parte de ellas termina en mesas de China y Japón. Para los conservacionistas, se trata del “mayor crimen de vida silvestre en la Tierra”.
Los expertos afirman que las reservas de anguila europea (Anguilla anguila) se han desplomado un 90 % en tres décadas, a medida que la humanidad ha desarrollado los humedales y construido represas en los ríos que necesita para crecer y alimentarse, y temen que las redes criminales que contrabandean esta lucrativa especie la empujen hacia el olvido.
En Francia, que captura más de este pez que cualquier otro país de la UE, el problema ha adquirido dimensiones políticas.
“Quedan alrededor del 10 % de las reservas en comparación con hace 30 años debido a la pérdida de hábitat y lo que hemos hecho con las rutas de migración en Europa”, dijo a AFP Andrew Kerr, presidente del Grupo de Anguila Sostenible (SEG), que trabaja para conservar la especie.
El vertiginoso declive de la anguila ha provocado alguna acción por parte de los gobiernos y las agencias de aplicación de la ley. Ahora, la anguila europea figura en la lista de Cites(Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), lo que implica la fijación de estrictas cuotas nacionales de captura.
En este sentido, Michel Vignaud, jefe de regulación de la pesca en la Agencia Nacional de Biodiversidad de Francia, señaló que el problema está explotando la demanda asiática de un producto visto como un manjar y un afrodisíaco.
“No podemos exportar legalmente anguilas fuera de la UE, pero los precios son diferentes en Asia. Hay una demanda real de anguila en Asia”, dijo a AFP.
Según estadísticas de la FAO, en 2016 China produjo cerca de un cuarto de millón de toneladas de anguila para consumo, muy por delante de Japón -donde se considera que comer anguila trae buena suerte y fertilidad- y la UE.
El organismo de aplicación de la ley del bloque europeo, Europol, estima que hasta 100 toneladas de angulas (crías de la anguila) son traficadas en el extranjero cada año, lo que equivale a unos 350 millones de peces.
“El tráfico de angulas conlleva delitos ambientales, contrabando, fraude de documentos, evasión de impuestos y lavado de dinero”, dijo un portavoz a la agencia de noticias AFP.
Las anguilas vivas son capturadas en gran parte, de manera legal o no, en Europa occidental, antes de ser contrabandeadas hacia el Este en camionetas o camiones, a menudo etiquetadas falsamente como peces que no están en peligro, señalan fuentes policiales y conservacionistas.
Las bandas criminales después dividen las anguilas en maletas, colocando hasta 50.000 de los peces pequeños por bolsa, y las transportan en aviones comerciales a Asia.
Las angulas son engordadas en granjas especiales hasta que alcanzan su tamaño máximo (hasta un metro y medio) y luego se venden en el mercado por el equivalente a 10 EUR cada una.
El extraordinario ciclo de vida de la anguila europea comienza en las aguas del mar de los Sargazos. Los huevos se desplazan con las corrientes marinas a través del Atlántico, y a menudo demoran hasta dos años en llegar a las zonas de alimentación de Europa.
Las anguilas nadan en ríos donde viven hasta 25 años, alimentándose de larvas y lombrices hasta su desarrollo completo. Entonces se embarcan en un viaje de 4.000 millas (6.500 kilómetros) de regreso a casa en el Caribe, donde se reproducen y finalmente mueren.
Pero las anguilas enfrentan una gran cantidad de peligros provocados por el hombre, tales como la pesca ilegal, la contaminación y los aproximadamente 1,3 millones de barreras fluviales que bloquean su camino en Europa.
No obstante, el tráfico ilegal de anguilas no es la única causa de la desaparición de las anguilas, advierte Charlotte Nithart, jefa del grupo de conservación Robin des Bois.
La activista sostiene que la cuota actual legal de anguila de Francia, de 60 toneladas por año, de las cuales el 60 % debe destinarse a esfuerzos de repoblación, también está contribuyendo a la disminución de la especie.
En los últimos años, Europol ha logrado una serie de importantes redadas, entre ellas, una de la policía española que detuvo a una red de contrabando de anguilas en posesión de 350 kilogramos de angulas, en abril pasado.
Pero a pesar de estas incautaciones y de un puñado de juicios en curso, los conservacionistas afirman que las sanciones siguen siendo débiles en comparación con las de otros delitos de tráfico ilegal.