Después de tres años de trabajo, el palangrero gallego Balueiro Segundo, de Orpagu (Organización de Palangreros de A Guarda, Pontevedra), ya tiene instalada la vela rígida que lo convierte en el primer pesquero del mundo en navegar con tecnología de propulsión asistida por viento.
Este proyecto pionero a nivel mundial es “una apuesta sin precedentes por la innovación, el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad”, según explicó Orpagu en una nota, en la que subrayó que con esta vela de 12 metros de altura se pretende conseguir una mayor eficiencia energética, potenciando la utilización del viento para reducir el uso de combustible y las emisiones contaminantes.
El proyecto ha sido liderado por Orpagu y la compañía cántabra bound4blue, y en él también han participado otras compañías como la viguesa de ingeniería naval Insenaval o la empresa noruega Kyma, líder en monitorización de la eficiencia de buques mercantes, que será la responsable de monitorizar y validar el ahorro de combustible y emisiones durante los próximos meses de pruebas en el océano Pacífico.
El proceso de ensamblaje de la vela en el pesquero comenzó con el traslado por mar de la vela rígida que salió de Vigo y recorrió 4.200 millas náuticas para llegar a su destino: el barco de Orpagu en el Pacífico.
Este sistema de la empresa cántabra, que cuenta con todas las garantías de seguridad y fiabilidad que le otorgan la aprobación por parte de Bureau Veritas y la Dirección General de la Marina Mercante española, utiliza el viento para propulsar el buque, reduciendo de esta forma el consumo de combustible y, por tanto, la huella de carbono.
La noruega Kyma se encargará de validar el ahorro de combustible, que todo apunta a que estará en torno al 30 por ciento.
“La tecnología tiene y debe tener un carácter humano y natural. Es absurdo y poco eficiente desde todos los ámbitos, incluido el económico, medirse en duelo con la naturaleza en pos de un avance tecnológico desnaturalizado. Es conveniente desandar esos caminos erróneos y encontrar la manera de convivir”, sostiene la directora gerente de Orpagu, Juana Parada.
“La instalación en el Balueiro Segundo representa un hito para la compañía como primer paso hacia futuras instalaciones en barcos de mayores dimensiones y diferentes segmentos, como buques tanque, graneleros, Ro-Ro o buques de carga general. Nuestro sistema es totalmente escalable y ya contamos con una versión de 17 metros de altura en fabricación, totalmente abatible, que se instalará en un buque de carga general tras el verano de este año”, explicó José Miguel Bermúdez, CEO y cofundador de bound4blue.