Galicia ha representado el 60% de la construcción naval española en el inicio del siglo XXI, tras años de esfuerzo y crisis financiera y comercial, de nuevo alcanza el 47 % del total español en toneladas brutas, lo que representa claramente y con datos un avance y la senda de la vuelta al liderazgo naval.
¿En qué se basa el modelo? ¿Cuál es el secreto de la perdurabilidad? En primer lugar, cabe remontarse a los inicios del sector tras la reconversión naval industrial española, en donde muchos empresarios forjados a sí mismos y formados por medio del plan de reindustrialización comenzaron su andadura de forma independiente suministrando sus productos, servicios y conocimiento a los astilleros en los que habían trabajado previamente. Basado en una experiencia y destacados conocimientos sobre construcción y reparación naval, el modelo de subcontrataciones comenzaba su andadura bajo el concepto “astillero de síntesis”. La flexibilidad que otorgaba el nuevo sistema hacía crecer la industria y hacernos más competitivos, así como distribuir en todo el territorio el conocimiento, sin estar ya focalizado en un solo astillero.
Plazos de entrega, precio y buena calidad han superado los inconvenientes de la competencia internacional, aunque el componente más destacado es la progresiva incorporación de joven talento que ha dotado a la industria auxiliar de nuevos y capacitados profesionales titulados que han aportado a dicha industria auxiliar nuevos conceptos y artes tecnológicas no aplicadas anteriormente. La industria auxiliar se ha preparado, sus departamentos de ingeniería se han creado y cubierto de nuevas propuestas y de buen conocimiento que hoy en día es reconocido a nivel internacional.
Más de 36 profesionales del sector se han formado como expertos en dirección de proyectos con acreditación internacional, aportando a aquellas empresas en las que trabajan una nueva forma de gestionar los recursos humanos, el tiempo, el coste, los riesgos y la calidad. Cuando un cliente se acerca a la industria naval, puede hacerlo con la seguridad de que su interlocutor domina todas las fases de proyecto, independientemente de su naturaleza y área temática. Esto mismo ha sucedido en múltiples áreas dentro de la empresa naval, como por ejemplo con los ingenieros internacionales de soldadura, los inspectores de pinturas, etc. Hoy en día cada empresa cuenta con un experto temático como mínimo que le permite gestionar el trabajo bajo unas condiciones de supervisión del máximo nivel.
Como Cluster, el orgullo del trabajo bien hecho, y el deseo de poder seguir aportando ese punto de ayuda para que cada empresa siga teniendo profesionales cualificados y para que las universidades y escuelas de negocio comprendan cuál es nuestra necesidad y nuestro objetivo con los profesionales del futuro.
Las tendencias cambian con el paso de los años, y las empresas que antes conocíamos, requerirán en breve otro tipo de profesionales muy adaptados a la nueva era, como por ejemplo los ingenieros informáticos, los físicos, químicos e ingenieros de materiales, los ingenieros en automática y electrónica, los ingenieros mecánicos, los titulados en idiomas, los biólogos, y más que hoy ni se plantean; todo ello motivado por los cambios introducidos no sólo al producto final, sino también por la legislación comunitaria y mundial sobre transporte marítimo y su incidencia en el medio ambiente.
Nuevas tecnologías
En el año 2011 el sector se replantea su situación y opta por encontrar nuevas formas y métodos de trabajo que lo sitúen al mismo nivel que sus competidores a nivel europeo, pues no debemos olvidar que nuestra competencia real se encuentra dentro de la propia Unión Europea, que nuestros socios comunitarios también han recibido o están recibiendo ayudas de Europa para su tecnificación y modernización, lo que los sitúa en el mismo nivel de salida que a nuestro sector. Por ello un elevado porcentaje de las empresas han llevado a cabo renovaciones y transformaciones importantes en sus procesos productivos y de gestión que les han permitido optar a contratos internacionales con el máximo de garantías en relación a sus competidores en el exterior.
La filosofía de la digitalización y la automatización de procesos ha estado siempre presente en entre los objetivos del sector, y en los dos últimos años ha comenzado a incorporarse como un elemento más del ciclo de vida del producto. Los modelos virtuales de los buques, la adaptación de celdas robotizadas de soldadura, el empleo de cálculos hidrodinámicos avanzados para el diseño, la adopción de software de cálculo para la fabricación de equipos y la adopción de nuevos materiales para las construcciones han sido los elementos más solicitados por las empresas; y el camino para volver a estar presentes en el mercado.
Presencia internacional
Desde el año 2011 ya más del 35% de las empresas poseen presencia internacional y han buscado y obtenido beneficios por medio de la exportación y de la presencia en nuevos mercados. El camino ha sido duro, la dificultad máxima estriba en la necesidad de convencer a los clientes de la capacidad que existe para fabricar en tiempo, en precio y en la calidad requerida por las especificaciones de clientes y sociedades de clasificación.
Cierto es que el astillero público Navantia ha abierto mucho camino a empresas que, trabajando habitualmente para él, acompañaron las construcciones internacionales más importantes para ayudar a dar servicio durante el ciclo de vida del buque, pero también es cierto que dichas empresas permanecieron en los países de destino más tiempo del necesario esforzándose en abrir camino con más clientes dada su experiencia previa.
Otros, mediante productos muy competitivos y tremendamente respetados han creado líneas de venta en los cinco continentes. Hoy no resulta extraño encontrar empresas cuyos productos y servicios han salido ya a más de 20 países, y cuyos agentes están presentes por todo el planeta. Hace veinte años esto hubiera resultado impensable.
También como sector crecido y mecido por la industria pesquera, nuestras empresas han acompañado a sus clientes, los armadores de pesca de todo el mundo, durante años en la necesidad de éstos de mantener y gestionar sus flotas, lo que facilita la presencia internacional.
Es precisamente esta experiencia citada en la pesca la que hoy nos hace recobrar fuelle y pensar que la recuperación es posible, puesto que gran número de las toneladas contratadas y bajo pedido en este momento son de pesqueros, en sus diversas variantes. Y es aquí donde esa experiencia gallega en el trabajo para el sector pesquero nos permite ser enormemente competitivos, con productos y conocimientos anhelados por muchos países que quisieran replicar nuestro modelo de cadena de valor.
Pero no sólo de la pesca vive el sector, y ha sido espectacular la adaptación de nuestras empresas en mercados también impensables hasta hace unos años, y citamos sin ir más lejos los megayates, los oceanográficos, los offshore, los buques escuela, cruceros, y un largo etcétera. ¿Nuestra especialización? Todas. Los clientes encuentran en el sector la posibilidad de llevar a cabo los proyectos más insólitos y emblemáticos que una compañía pueda requerir. Citemos sin ir más lejos los insignes BimaSucci para la Armada Indonesia recientemente entregado, el B.A.P. Carrasco, ambos de FreireShipyard, el Maybe de Metalships&Docs, el Roncador de Astilleros Armón, los floteles para Pemex de H.J. Barreras y Navantia, y un largo etcétera.
Y no sólo eso, el mercado nos ha llevado incluso a una diversificación que durante los años de cierre obligado de Navantia-Fene toda la comarca de Ferrol añoraba, la construcción civil, en donde ahora asoman en la Ría fastuosos Jackets construidos para los parques eólicos de Europa con unos plazos y una calidad que nadie ponía en duda conociendo nuestro histórico pasado.
En definitiva, se abre un nuevo ciclo constructivo con posibilidades de avivar la llama de la esperanza de un sector siempre castigado por multitud de avatares casi siempre ajenos a su control, y que no han sido capaces de frenar el ímpetu de nuestros empresarios y trabajadores.