La consultora Clarksons Research ha publicado su último informe ´Green Technology Tracker´ en el que destaca la posición dominante de los combustibles alternativos en los volúmenes generales de pedidos de nuevas construcciones de buques, que además han alcanzado su nivel más alto desde 2007. Tanto es así, que se puede afirmar que el 50 % del tonelaje encargado en 2024 utilizará los combustibles alternativos.
En concreto, a lo largo de 2024 se han encargado un total de 820 nuevas construcciones de buques, que representan un total de 62,2 millones de GT (tonelaje bruto), con capacidad para utilizar combustibles alternativos (727 unidades que suponen un total de 52,1 millones de GT, si excluimos los buques de transporte de GNL). Son datos que demuestran un nivel récord de inversión.
El informe habla también de la tecnología de motores duales de GNL que supuso el 70 % del tonelaje contratado con capacidad para usar combustibles alternativos, en comparación con el 43 % registrado en 2023. Por el contrario, un combustible como el metanol redujo su cuota al 14 %, frente al 30 % de 2023.
En general, durante 2024 se produjeron un total de 390 encargos de nuevas construcciones de buques con capacidad para utilizar como combustible el GNL, 118 unidades para metanol, 72 para GLP, 25 para amoniaco y 12 para hidrógeno. Por otro lado, los nuevos contratos de buques con la certificación “preparado para combustibles alternativos” fueron aproximadamente el 21 % del tonelaje total encargado, de los cuales 320 unidades utilizarán el metanol como combustible alternativo y 130 embarcaciones el amoniaco.
Por tipos de buques, los portacontenedores de más de 12.000 TEUs fueron los que mayormente se decantaron por el uso de combustibles alternativos (el 71 % se inclinaron por el GNL y el 17 % por el metanol), seguidos por los buques de transporte de coches (el 78 % GNL y el 21 % metanol).
Por contra, los que menos se inclinaron por el uso de combustibles alternativos fueron los buques del tipo ultramaxes y handysize con apenas el 4 % y los petroleros MR con tan sólo el 1 %.
Así pues, con la cartera de pedidos ya confirmada (aproximadamente el 50 % del tonelaje encargado utilizará combustibles alternativos) y la inversión proyectada para los próximos años, Clarksons cree que más de una quinta parte de la capacidad de la flota usará combustibles alternativos en 2030, teniendo en cuenta que en 2017 tan sólo el 2 % utilizaba combustibles alternativos, en 2024 fue del 8 % y para 2030 se estima que será más del 20 %.
Sin embargo, las inversiones en infraestructura portuaria y la disponibilidad de combustibles verdes no está avanzando al mismo ritmo. Solo 35 puertos ofrecen servicio de suministro de metanol, 276 puertos suministro de GNL y 275 prestan el servicio de conexión eléctrica en tierra.
Con una flota envejecida (13,1 años en base ponderada por GT, en comparación con un mínimo de 9,7 años en 2013), alrededor de un tercio de la capacidad de la flota con calificación D o E el año pasado, y plazos de entrega cada vez más largos (casi 4 años) en los principales astilleros, la modernización de Tecnologías de Ahorro de Energía (EST en sus siglas inglesas) sigue siendo una parte crucial de la vía de descarbonización del transporte marítimo.
Se han instalado Tecnologías de Ahorro de Energía (EST) significativas en más de 10.360 buques, lo que representa más del 37 % del tonelaje de la flota: esto incluye equipos y sistemas como los túneles de hélice, bulbos de timón, rotores Flettner, cometas eólicas, sistemas de lubricación de aire y otros (más de 580 buques con sistema de lubricación de aire y más de 145 unidades que involucran asistencia eólica en la flota y la cartera de pedidos). También se incluyen 37 buques en la flota (más 12 pedidos de nueva construcción) que prueban la tecnología de captura de carbono a bordo. Por último, la proporción de la flota que está equipada con un motor eco ha aumentado a más del 34 %.
Por último, el informe de Clarksons muestra un panorama desalentador respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Las estimaciones indican un incremento del 4 % en las emisiones globales del transporte marítimo, superando los niveles previos a la pandemia. Factores como el aumento del tiempo de navegación, mayores velocidades en ciertos segmentos (como el de contenedores) y el crecimiento del comercio mundial contrarrestaron el impacto positivo de los buques con combustibles alternativos y tecnologías de ahorro energético.