Un total de 46 países firmaron la llamada declaración de Torremolinos, por la cual ratifican su compromiso con la seguridad de los pescadores y con la lucha sin cuartel contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Entre los Estados implicados; Liberia, Santo Tomé y Príncipe y las Islas Cook. Así quedó de manifiesto éste, en la ciudad malagueña que da nombre a la declaración –de índole política, no vinculante jurídicamente–, y en la cual se desarrolla la conferencia ministerial sobre seguridad de los buques pesqueros y la pesca ilegal organizado por la Organización Marítima Internacional (OMI).
El primer objetivo del encuentro era recabar el apoyo de los países para impulsar definitivamente el acuerdo de Ciudad del Cabo de 2012 para erradicar la pesca ilegal. El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, lanzó un llamamiento a todos los estados miembros a ratificar el pacto, ya que a su juicio, “no hay excusa para que mantengamos esta situación de vacío”. “Hoy debemos finalizar un viaje que dura demasiado tiempo; no hay tripulación que sea capaz de resistir un período de embarque que supera ya los 40 años, ni tan siquiera los valientes marinos que hace 500 años participaron en la expedición comandada por Magallanes y Elcano”. “Afrontamos una nueva oportunidad para impulsar definitivamente la entrada en vigor del acuerdo de Ciudad del Cabo del 2012 y para combatir la proliferación de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentaria”.
Ábalos recordó que Torremolinos fue testigo en dos ocasiones de los intentos de la comunidad internacional por dotar al sector de un marco jurídico internacional en materia de seguridad de los buques pesqueros de eslora igual o superior a 24 metros. En este punto, Ábalos destacó que la falta de aplicación “de estas condiciones mínimas de seguridad a lo largo de estas cuatro décadas son más que evidentes”, refiriéndose a la alta siniestralidad en el sector, por las condiciones peligrosas de trabajo a las que se tiene que enfrentar dicho personal, las cuales “se ven agravadas cuando los buques pesqueros están mal proyectados, construidos y mantenidos; o cuando sus tripulaciones carecen de los elementos básicos en materia de formación”.