Una gran responsabilidad

22 de enero de 2018

Autora: Juani Parada. Gerente de Orpagu.

Tras la pasada reunión anual de ICCAT que se ha celebrado en Marrakech entre el 14 y el 22 de noviembre, la flota palangrera ha regresado a casa con una enorme responsabilidad.

El motivo, la propuesta de Recomendación 812A sobre la “conservación del stock de marrajo dientuso del Atlántico Norte capturado en asociación con pesquerías de ICCAT”. Ésta ha sido una de las propuestas que más debate ha generado en el seno de la Comisión y atiende al resultado del informe del SCRS, que ha evidenciado que en un 90 % de posibilidades  el stock esté siendo sobrepescado. Según los datos del SCRS, el marrajo dientuso se encuentra dentro de la casilla roja en la matriz de Kobe y precisa de medidas urgentes para su recuperación.

Las primeras propuestas de UE, USA y Japón recomendaban además de otras medidas de conservación, un TAC global de 500 tn para todo el Atlántico Norte, una reducción considerable teniendo en cuenta que el histórico de capturas actuales supera las 3.000 tn. La propuesta definitiva, que ha sido presentada conjuntamente por Canadá, Japón, Marruecos, UE y USA, no establece un TAC, pero sólo permitirá la captura y retención de los marrajos dientusos que estén muertos cuando estos sean llevados al costado del buque para subirlos a bordo, y que los buques lleven a bordo un observador científico o un sistema de seguimiento electrónico en funcionamiento que sea capaz de identificar si el pez está muerto o vivo. Esta medida será de aplicación para 2018 y 2019. Posteriormente volverá a evaluarse el stock para revisar la medida y valorar, si cabe, la propuesta del establecimiento de un TAC y las correspondientes claves de reparto entre las CPCs.

Tras esta última evaluación del stock, el sector pesquero se ha visto sorprendido por unos resultados que contradicen a las evaluaciones realizadas anteriormente. Al parecer, un cambio en el formato metodológico de la evaluación, así como el peso de los datos de otras pesquerías que no realizan pesca dirigida sobre esta especie, han podido hacer que la balanza se inclinase hacia el recuadro rojo.

De poco vale ahora profundizar en cómo se ha realizado dicha evaluación y lamentarse por las consecuencias de sus resultados, porque eso no va a variar la recomendación del SCRS, la cual es irreversible en tanto no se demuestre que el stock se encuentra en una situación biológica favorable.

Por tanto, la flota palangrera debe ver este reto como una oportunidad que le permita aportar datos que puedan influir en una próxima evaluación que esperemos arroje unos resultados más favorables para el stock de esta especie, al fin y al cabo, la flota comunitaria representa más del 70% de la actividad en el Atlántico Norte, motivo por el cual deben ser tenidos en cuenta sus datos.

Sin actividad pesquera, no hay datos, y sin datos no puede haber evaluaciones científicas de la especie, por lo cual debemos asumir la responsabilidad de garantizar esa recopilación y análisis de datos para que posteriormente pueda ser elaborado el Plan de Acción que permita a la flota palangrera seguir capturando esta especie de un modo sostenible, bien sea con el ajuste del esfuerzo pesquero, con la implementación de medidas espacio-temporales, etc.

Como bien dicen algunos representantes del sector palangrero, “éste ha sido nuestro Dubrovnik”, haciendo un recordatorio de la reunión anual de ICCAT del año 2006, en la que se forjó el actual Plan de Recuperación del atún rojo. Años después, y tras la enorme responsabilidad asumida por el sector pesquero, una especie que parecía al bordo del colapso irreversible, ha ido recuperando su salud paulatinamente.

Ahora es el momento de trabajar conjuntamente para lograr avanzar hacia la casilla verde del diagrama de Kobe, es el momento de demostrar que también puede realizarse una pesca sostenible del marrajo dientuso.